Confieso mi ignorancia en todo lo relacionado con MACRO-ECONOMÍA, aunque sí mi dura experiencia diaria para llegar al final de cada quincena, sin morir en el intento. Creo que el Presidente Chávez ha tratado de impulsar el “trueque” como herramienta para las relaciones económicas internacionales, muy especialmente entre países del tercer mundo. Por otra parte, cuando uno ve el esfuerzo que hace el Gobierno Nacional en convertirse en el “gran proveedor” de servicios para todas y todos, y lo que se “invierte” en dicho esfuerzo, uno no puede menos que sugerir: quiero MI TRUEQUE, es decir, trueque de mis horas de trabajo por un salario digno y competitivo, que me permita dedicarme exclusivamente a trabajar en el Hospital de Los Magallanes de Catia, sin tener que parecer un indigente profesional (y no un “proletario” profesional).
Paso a explicarme con mayor claridad: durante el año 2.009, el presupuesto del Ministerio de Alimentación rondó los 3 millardos de BsF, el del Ministerio de Turismo: 126 millones de BsF, el Metrocable de San Agustín habría costado 1 millardo de BsF, comprar el Banco de Venezuela: 1,5 millardos de BsF, comprar hoteles; ¿¿…?? Comprar SIDOR; ¿¿…??, comprar cementeras; ¿¿…?? Uno suma toda esta costosa inversión en cosas para lo cual uno no pensaría que debiera dedicarse un gobierno, y luego lo puede dividir entre el número de empleados públicos (quitando: Ministros, Diputados, Magistrados, etc. etc. etc.), o entre el número de venezolanos viviendo en pobreza (1.600.000 ¿¿??) y no dudamos que, o bien se podría brindar salarios mas atractivos a quienes trabajen exclusivamente en el sector público, y mejor aún: rescatar de la pobreza a los compatriotas que sobreviven en semejantes condiciones, lo cual se ha visto reflejado como la prioridad de la gestión del presidente Mujica en Uruguay.
Como bien diría un prócer adeco: “NO SOMOS SUIZOS, Y TAMPOCO URUGUAYOS”.