DE CURAS MÉDICOS Y LOCOS...

Casi todos quienes me conocen saben lo mucho que a mí gusta cantar. Si como decía Juan Pablo II: “quien canta ora dos veces”, pues entonces yo tengo varios rosarios rezados a lo largo de mi vida. Cantar es una excelente terapia, no solo física si no también espiritual. Es una terapia física, porque te enseña a respirar, a manejar el diafragma y la musculatura abdominal; también te enseña a soportar largas horas de consulta hablando con pacientes y colegas, sin que el instrumento vocal se fatigue…Y es una terapia espiritual, porque la música vocal, especialmente la ópera, te permite hacer ejercicio de evocación…Y es además una terapia compartida, especialmente cuando con tu voz tocas el alma de quienes te escuchan y te recibes el comentario elogioso como agradecimiento: ¡qué bien cantas! Desde 1.987 conozco a los profesores Eduardo Melgar Viamonte (TENOR) y Rosita del Castillo (+) (SOPRANO). Cuando se acercaron hasta Ciudad Bolívar, para dar clases de canto, gracias al gobernador del entonces, el médico René Silva Idrogo. Hablar de Eduardo y de Rosita, es hablar de dos seres humanos excepcionales, luminosos, íntegros y las mas grandes voces de la lírica que ha parido Venezuela…Lástima que, para variar, no han sido profeta en su tierra, salvo por la llama encendida de la pasión por el canto y la ópera, que han sembrado en todos quienes han sido sus alumnos.



Esta es una foto reciente con el Profesor Melgare en el Mozarteum de Caracas, durante las clases de los domingos, y en plena “dieta eléctrica”; el profesor con abanico en mano, muerto de la risa, ya súper recuperado del susto que nos dio a todos durante el 2.009. Gracias a Dios y a los ángeles que lo protegen.

Cuando aparezca el pianista, y Eliezer aprenda a bajar las grabaciones, a formato Web, colocaré alguna de mis canturriadas, para compartirlas con el cyber-espacio.